Creeréis que una chimenea de píxeles que aparezca en el monitor de vuestro ordenador no contamina el medio ambiente tal y como lo hace la chimenea real de una factoría real funcionando a todo trapo. O que leer un libro en un dispositivo electrónico no puede generar contaminación tal y como lo hace un libro físico que huele a moho. Pero no es del todo cierto.
Los bits también enrarecen la atmósfera, a su modo.
Fuente: www.xatakaciencia.com (20 de diciembre de 2011)
Por Sergio Parra
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